viernes, 28 de agosto de 2009

III

Del libro de los videntes: Por el amor de Kaukab.


Se hicieron las 3.00 a.m. Ni un minuto mas. Ni uno menos. Halima tomó sus instrumentos de prediccion con mucho cuidado. Incienso, agua, sal. Ceremonia. Las invocaciones a La Diosa se daban en ocasiones especiales, como esta. Las sutiles energías se manifestaban y como siempre, las vibraciones producidas por el axigrene de la naturaleza trascendental tomaron su cuerpo y consciencia. Kaukab miraba asombrada al otro lado de la mesa. Era tan simple, que parecía ser el momento mas complejo de toda su vida. Se aproximaba a la verdad. - ¿Hay alguien acá Halima? Puedo sentir su presencia. - Todo alrededor parecía extraño, la mujer se concentraba en sus instrumentos y cantaba. Tras un momento decidió dar una respuesta - Es un antiguo Maestro. ha venido desde las tierras de Nadim. Su nombre es Mubarak-. Kaukab contuvo su respiración. Sabía que podía comunicarse de algún modo con el maestro. - Halima, quiero saberlo-. La mujer la observó detenidamente, cuando finalmente dijo: Haz la pregunta. Kaukab hizo una leve mueca y enroscó su denso cabello deslizandolo hacia su espalda. -Quiero saberlo: Khuri es Alemeg Mala, mi otra parte. No?-. Halima empalideció, sus ojos se desenfocaron, -Nunca habré de responder semejante pregunta, pues los resultados habrían de ser devastadores. La fuerza de Los Dioses te guiarán y tu pregunta la responderás tu misma ante la mirada del absoluto y el silencio del amor. Ahora, vete. Debo volver a mi lugar.- Halima se posicionó, y bebió agua. Observó detenidamente a Kaukab: "Sabes lo que tienes que hacer".

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